Oscar y Luis Salazar
Dos hermanos, una misma idea, la solidaridad, el compromiso con el otro....
La llegada de la familia Salazar a Buenos Aires
Gladys Salazar:
Mis padres, que son oriundos de Corrientes, vivían en el campo, en
una chacra, y de allí decidieron venir a Buenos Aires.
Llegaron
para el año 1952 y se ubicaron en la Avda Caseros 2924. Una vez
ubicados, mamá trabajaba en casas de familias hasta que se ocupó de
encargada en el edificio, mi papá que era obrero trabajó en la
empresa Máspero. Después lo hizo en Osram y después pasó a
trabajar en la Fábrica de Papeles Pintados. Todas en el barrio.
La
infancia de mis hermanos. Mi llegada
Espacio
Asambleario:
¿Vos eras la más chica?
G.S:
Luis
nació el 19/06/55 y Oscar el 16/07/54. Ellos eran muy traviesos,
libres, por que mis padres no eran para nada rigurosos. Eran muy
inquietos, se creían súper-héroes. Se ponían una capa subían a
una obra en construcción y de allí se arrojaban (Coco era el más
arriesgado).
Querían
ser pistoleros y se ponían un pañuelo en forma de máscara. Se
tiraban por la escalera en casa con un paraguas y en ocasiones se
rompieron los dientes.
Cuando
se enteraron de que yo iba a nacer, saltaban de alegría de cama en
cama.
Ellos
para mí fueron los referentes más que mis padres, quienes con más
de 45 años, para mi eran muy mayores.
E.A:
hablás con admiración de ellos.....
G.S.:
Mi infancia fue muy feliz, ellos jugaban mucho conmigo. Me llevaban
al parque con sus amigos a unos juegos que estaban frente a la
fábrica Máspero. Allí había un ombú, me parece que no está más.
Nos trepábamos con ellos al ombú. Fueron momentos maravillosos!!
Les
tenía mucho respeto, si mis padres me decían “hace tal cosa”,
yo decía, no, no quiero, y ellos no reaccionaban, pero, saltaba la
voz de Oscar que me decía:”hace lo que mamá te dice”, y yo lo
hacía.
Luis
y Oscar siempre se preocupaban de mí, me tenían como entre
algodones, que no me faltara nada, ni siquiera para Reyes, aún,
cuando no tuvieran dinero.
En
la terraza de la calle Caseros había una hamaquita y allí me hacían
jugar de lo lindo.
Recuerdo
que para una fiesta de Reyes me regalaron una cámara de fotos, una
Kodak que era de Coco, hasta eso.
E.A.
¿y la política?
G.S.:
Nosotros vivíamos en el Dpto. A y en el B, vivía una prima mía que
estudiaba, era de la edad de mis hermanos.
En
ese departamento se juntaban muchos adolescentes de la edad de mis
hermanos. Realizaban fiestas, asaltos, escuchaban música, hasta que
empezó la “misa “
Cuando
empezó la” misa”, hubo problemas porque mi padre, que era
militante peronista, no quería que me enterara de lo que se hablaba
allí y se enojó mucho cuando se enteró, que mis hermanos habían
entrado en la misma.
El
tenía el concepto, de que a la política se entra, pero, no se sale
de allí a no ser que fuera en una zanja.
No
obstante eso, los chicos no le hicieron caso al punto tal que los dos
se fueron a Ezeiza al retorno de Perón, junto con mi papá.
E.A.:
¿Desde que edad militaban tus hermanos?
G.S:
No me acuerdo exactamente cuando empezaron a militar, pero cuando
ellos tenían entre 15 o 16 años pienso que comenzaron.
Escribían
todo lo que recogían en las manifestaciones, marchas y yo las leía,
ahí conocí la palabra “monopolio”.
Les
apasionaba la historia y tenían apuntes que no aparecían en los
libros escolares. Me decían que en las clases de historia, cuando me
preguntaran, les contestara los que ellos me preparaban. Eran
terribles.
Me
hacían reflexionar sobre las publicidades que exhibían por
televisión. Me bajaban línea constantemente.
Me
acuerdo una vez, inauguraban la apertura de una zapatería en el
barrio, y entregaban remeras con el nombre de la misma, y yo recibí
una y me la puse y me fui a casa. Cuando me la vio Coco, me preguntó:
¿Que es esto? Una remera, respondí!
Y
te pagaron por esta publicidad? No! Y por que tendrían que pagarme?
Porque, le estás haciendo propaganda al local y gratis!
Lo
mismo ocurría con la música. Por lo general, las letras del
chamamé, que mi papá escuchaba tanto, no eran de compromiso como
otras que cantaba José Larralde. Aunque las de los Imaguaré, que
vinieron después, y las de Mario Millán Medina tenían cierto
contenido.
Venían
los amigos de mis hermanos, militantes, y se ponían a tocar la
guitarra y cantar canciones de protesta.
En
ese ambiente fui creciendo.
E.A.:
¿ cómo lo veían tus viejos?
G.S.:
Papá rezongaba mucho, se encerraba con Oscar preferentemente, en el
baño y tenían largas charlas y muy discutidas. Quizás, papá ya
sabía que Oscar tenía la decisión de irse a la villa y la
discusión era por el riesgo que su hijo enfrentaba al hacerlo.
Desde
que mis padres llegaron de Corrientes, vivieron los movimientos del
año 1954, el bombardeo de Plaza de Mayo del ´55, que se veían caer
las bombas de la terraza de casa.
Lo
de Azules y Colorados de 1963, el derrocamiento de Illia. La matanza
que se produjo a la llegada de Perón a Ezeiza. Y todo eso pesó en
su pensamiento, cuando sus hijos le plantean que van a ir a militar a
la villa.
E.A.:
¿ estudiaban tus hermanos?
G.S.:
Oscar era mecánico de autos, había terminado la secundaria e hizo
el curso de mecánica en el IADE. Aprendió dactilografía en las
academias Pittman.
¿Por
qué? Por que mi papá, que venía del campo, no quería que fueran
obreros, tenía la obsesión de verlos de traje y no como pensaban
muchas personas en este país, quedarse con ser obreros.( Mis
hermanos odiaban los trajes, Oscar andaba siempre engrasado por lo de
los coches. En cambio Coco era más fachero, pero, no querían los
trajes). No quería que pasáramos lo que el pasó.
La
primaria la hicieron en el Instituto Bernasconi. De allí los echaron
y fueron a parar al José María Gutiérrez donde estudié yo.
Coco
empezó el secundario en el Manuel Belgrano. Pero, no lo terminó. Se
tuvo que inscribir en el José Manuel Estrada, pero, con la actividad
de la militancia, también dejó
Porque
al cursar el segundo año, vino el golpe y ya definitivamente, militó
en la villa.
Oscar
fue al Fray Luis Beltrán y también por revoltoso y la militancia
por medio, tuvo que alejarse.
Coco
comenzó a militar en la Juventud Peronista Auténtica. Oscar, forma
parte del Movimiento Villero Peronista. Era parte de la Comisión de
la Villa.
E.A.:
¿En qué año se van tus hermanos a la villa?
G.S :
¿En que año vino Perón?, ¿En el ´ 73? Bueno, creo después de la
muerte del viejo, Oscar se va a la villa y Coco se queda en casa con
mis padres. Yo fui recuperando parte de la vida de ellos a través de
los compañeros, a los que les agradezco tanto sus relatos. Hoy,
verlos a ellos es como que estoy recuperando aunque sea una parte de
mis hermanos.
E.A.: ¿como fué la
reconstrucción, como fué la búsqueda?
G.S.:
Había un chico que era de aquí del barrio que se llamaba Piti, un
amigo (tenía un primo que se llamaba Armando que trabajaba en la
feria, en la panadería de Gabriel Graziosi.Los hermanos varones eran
muy amigos de mis hermanos) con quien Coco concurría a reuniones
clandestinas, donde vivía parte de mi familia en Gregorio de
Laferrere.
Yo
lo veo en una ocasión a Piti en el mercado y me arrimo a preguntarle
qué sabía de Coco (yo tenía 15 años) dado que él estuvo dos años
antes con Coco, cuando desaparece. Me dirijo a este amigo para saber
que pasó. Me dice, mira yo te quiero mucho, hasta ahora vos, te
sostuviste en tus hermanos, es decir caminaste con muletas, de ahora
en más vas a caminar sola. No sé nada de Coco.
Después
de unos años, siendo ya madre vengo a vivir acá después de haber
pasado una mala vida, volví a encontrarme con esta persona. Lo
llamo, vino enseguida, le explico lo que me había pasado y que
necesitaba un arma para defenderme. Le pregunto por Coco, y me dice:
No me llames más para hablarme del pasado, llámame para hablar de
tu vida, de tus hijos, por que yo estoy muy mal y tengo pesadillas,
escucho que gritan Montonero, Montonero! Y que me cagan a tiros. No
te enojes, pero no me llames más.
Varios
años después, en el 2000, me enteré que se había quebrado y lo
internaron en un neuropsiquiátrico. Lo habían detenido, lo habían
torturado.
E.A.:
Fue muy duro...
G.S.:
Por eso entiendo el miedo y por lo que pasaron los compañeros, y no
quiero cargarlos tanto a O... como al resto de ellos, pero, seguí mi
búsqueda por que yo quedé con una carga muy grande y tuve que
llegar a hacer terapia inclusive, para superar eso.
Quede
con una carga muy grande al faltarme los dos y por eso preguntaba
permanentemente por ellos. Cuando un día Coco me vino a buscar al
colegio y me contó lo que le pasó a Oscar; me dijo “ todo lo que
tengas que llorar, todo lo que tengas ganas de preguntar, hacelo
ahora, porque cuando lleguemos a casa, los viejos nos tienen que ver
bien, eh? “ Vos tenés que ser fuerte”, yo tenía 13 años y no
estaba bueno desde el punto de vista psicológico.
Yo
lo asumí, fue horrible no tener con quien hablar y compartir ese
dolor. Por eso mis palabras dichas ese 25 de Mayo cuando colocamos la
baldosa.
Me
pasaba la vida llorando, porque era mi descarga, durante muchos años.
Y me hice cargo de mis viejos. No reniego de eso.
E.A.
:
¿Tus viejos se arrepintieron de la militancia de tus hermanos?
G.S.:En
mi casa no se habló más, no se preguntaba nada, no se habló más!
Mi
viejo no abrió la boca nunca más.
Mi
mamá, que nunca entendió nada, llegó a decirme una vez, por algo
los habían matado y yo tuve que discutir con ella por eso. Yo estaba
muy enojada con mi mamá.
Entre
los años 1974/75, los denuncia; un día estaba Oscar limpiando las
armas (mi casa era un arsenal) y mi vieja se cansó, le dijo: nos vas
a traer problemas! y a un policía del barrio llamado Salvador le
dijo y a la media hora teníamos a toda la policía en la casa. Coco
dormía.
Se
los llevaron a los dos. Yo quede muy angustiada por la violencia del
allanamiento y Coco me abraza y me dice: “anda a la casa de Mello y
contale lo que está pasando, que busque un abogado”.
Los
llevaron presos, estuvieron incomunicados no sabemos donde y después
de varios meses los largan.
No
se lo perdoné jamás a mi vieja. Ya muy viejita y yo siendo madre se
lo dije: una madre, por más que sea, no puede entregar a sus hijos,
y ella respondió: hija, de acuerdo a como fui criada, pensé que así
los protegía.
Después
de muchos años yo pude entender, pero no justificar.
E.A.:
¿Vos
tuviste problemas ?
G.S:
No, jamás. En casa hicieron varios allanamientos y en el último que
vinieron le dijeron a mi viejo que me cuidara por que yo era la
última que le quedaba. Si lo encontraban a Coco lo iban a matar.
E.A.:
¿ahora buscaban a Coco?
G.S.:
A ver, el golpe fue en Marzo de 1976, lo de Oscar ocurre a fines de
Abril.
Coco
estaba en una construcción. Como estaba haciendo la conscripción se
escapa del Ejército, sabía que el próximo objetivo era él. Nos
llama y nos dice que nosotros no sabemos nada de él. Y en un
arranque de una bravuconada nos dice que esto no va a quedar así,
“Por cada bala voy a matar a uno”, por que esa fue la promesa que
hizo frente al cadáver de su hermano.
Se
va un 29 de Mayo, a los dos meses y en forma muy ingenua se pone en
contacto con nosotros a través de un llamado telefónico a la vecina
de casa en Laferrere y nos dice que podríamos encontrarnos en la
casa de la abuela.
Yo
recontenta, volver a verlo y disfrutarlo, porque fueron los meses que
más disfruté con Coco, donde más aprendí.
Pero
era muy grande la ingenuidad de Coco, nosotros le decíamos a él y a
Mello que no vinieran aquí por que estábamos rodeados de policías
en la familia. Estaba mi tío Diego que era sargento de la Policía.
El no le daba importancia, quería seguir viéndonos y seguimos así,
semana de por medio, hasta Enero de 1977.
E.A.:
era muy arriesgado...
G.S.:
Ese Enero no vino más, no apareció el día 13 como correspondía.
Me
entero por los diarios que había habido un operativo “pinza”
sobre la Avda. Ricchieri.
Por
eso, con mis trece años no sabía a donde recurrir, con quien hablar
y me aferré a este amigo de Coco. No tenía conocimientos de como
haber hecho la búsqueda en otros lugares.
E.A.:
¿lo buscaste sola?
G.S.:
En el año 1985 me busca un chico llamado Pancho y me dice que yo lo
conocía, y como yo iba a visitar a mi viejo, nos encontramos. Me
dijo que había que ir a hacer la denuncia a los Organismos de
Derechos Humanos por mis hermanos, y con mi papá nos acompañó a
los juzgados. Por que al estar en democracia podíamos hacerlo.
El
se va a vivir a Brasil.
A
partir de allí levanto un poco la cabeza y empiezo a ver a quien o
con quien hablar.
Con
el tiempo me compro un fondo de comercio de un kiosco en Belgrano,
quien me lo vende pone como dirección la calle Los Patos de acá del
barrio. Tendría la edad de mis hermanos. Le pregunté si era de
Parque Patricios de siempre, sí, me contestó. Le pregunté si por
casualidad no pertenecía a la barra del parque, me dice que si, “yo
conocí a tus hermanos si mi hermana era muy amiga de ellos”, la
vida me lo pone en frente para que yo investigue.
La
hermana me pone en contacto con un muchacho llamado Osvaldo y me da
el dato de un miembro del Sindicato de Judiciales. Lo llamo por
teléfono y el me da el dato que a mi hermano Coco lo habían
refugiado en una obra en construcción y fue allí donde lo mataron.
Hoy
estoy tratando de coronar la historia de mis hermanos. Saber a donde
los llevaron a mi hermano Oscar y mi cuñada. Según el dato que
tengo, fue a la Comisaría 28ª., pero otros compañeros me dijeron
que los llevaron a la 32ª.
E.A.:
En la 32ª, hubo detenidos.
G.S.:
Sí, pero yo no sé si en el operativo del 29 de Abril a Oscar, mi
cuñada, Gamarra y Urrunaga, los llevaron a la 28ª. o a la 32ª.
E.A.:
¿también se llevaron a tu cuñada?
G.S.:
si, y además mi cuñada estaba embarazada y no sé si tuvo el bebé.
Yo no seguí la búsqueda.
La
investigación la está llevando Abuelas de Plaza de Mayo.
El
nombre de mi cuñada era María Ester Peralta.
E.A.: gracias Gladys...
Imágenes de la colocación de la Baldosa que homenajea a Oscar y Luis Salazar, en la puerta del edificio de Parque Patricios, donde vivieron en familia con sus padres y hermana.
Una actividad muy emotiva, donde Gladys se vió contenida y rodeada del afecto de compañeros de lucha de sus hermanos.
Palabras leídas en la colocación de la baldosa en Parque Patricios
Buen día!! Que digo buen,
excelente día!!!Porque cuando se barajaron fechas para este homenaje
y finalmente quedó el 25 de mayo, pensé que era la fecha ideal.
Porque si hay algo que quería recordar es eso que me legaron: el
inmenso amor por la PATRIA, por esa PATRIA que quisieron construir
continuando con el ideario revolucionario de Mayo. La PATRIA de
Moreno, Belgrano, Castelli, Dorrego, Monteagudo y tantos otros…
Desde muy niña crecí escuchando estos
nombres y sus historias de la boca de Oscar y Coco. Aprendí a
desconfiar de la historia de Billiken y sus próceres edulcorados e
impolutos. Y es en este nuevo contexto de revisionismo histórico que
rendimos este homenaje a estos compañeros y en el a tantos
compatriotas.(Adri siempre bromea con los Zalazares de Patricios) y
sí, compañeros, todos ustedes son historia que tendrá el futuro…
Jugando un poco con lo que hubiera
podido ser si estuvieran vivos, estoy segura que estarían en la
plaza celebrando la PATRIA, los logros obtenidos para las mayorías.
Desde donde estén creo que el mejor homenaje que pudieran recibir es
el trabajo cotidiano por esta PATRIA amada, levantando la consigna
“el otro soy yo”.
Ellos caminaron este querido barrio,
rieron, lloraron y molestaron también, por qué no? Eran jóvenes
alegres, desenfadados, los amigos del barrio pueden dar testimonio de
ello. Eran jodones pero comprometidos con la vida. Nunca imaginaron,
creo yo, que iban a ser recordados por tanta gente habiendo vivido
tan pocos años.
Desde lo personal, me hubiera gustado
tenerlos junto a mí en cada etapa de mi vida, aconsejándome,
cuidándome…hubiera querido que mis hijos crecieran con su ejemplo
y tener sobrinos para amar. Mi vida entera hubiera sido distinta de
haber contado con ellos, pero el odio no quizo que esto fuera así y
aquí estoy recordándolos con orgullo…
Me tomo el atrevimiento de hacer un
ejercicio y quiero leerles unas palabras que les escribí a ellos:
Chicos, estoy junto a los compañeros,
saben? Beto, Tito, Adri, Cartucho Quelo, Pablo, Viki, Teresa,
Patricia, Guaraní…Guaraní, se acuerdan las noches en la terraza
de casa con su guitarra cantando canciones de protesta!!. No es
increíble? De cada uno de ellos escucho sus voces, en sus abrazos
encuentro los suyos y en su terca consecuencia me referencio.
También quiero contarles que tienen 5
sobrinos maravillosos a los que siempre les cuento lo grandioso que
fue tenerlos como hermanos…
Querido Coco, te cuento que cumplí,
mientras los viejos estuvieron con vida, jamás me quebré. Fue duro,
pero lo logré. Sigo buscándolos, sigo necesitándolos como siempre,
en cada cosa que me pasa y muero por contarles, en cada lucha, en
cada celebración, todo el tiempo… disculpas por la digresión
Agradezco al Espacio Asambleario Parque
Patricios, a los compañeros de ayer y de hoy y sobre todo a todos
esos jóvenes que hoy levantan la política como herramienta de
transformación y la militan en cada rincón de la PATRIA.
Quisieron hacerlos desaparecer pero lo
que lograron es hacerlos cada vez más presentes. Hicieron estallar
sus venas y llenaron el aire de amor, porque eso es lo que llevaban
dentro. AMOR.
La tierra abonada con su generosa
sangre ha dado frutos. La PATRIA sigue siendo posible, porque es
posible el hombre. El amor sigue en pié.
OSCAR SALAZAR, PRESENTE!!!
LUIS SALAZAR, PRESENTE!!!
30.000 COMPAÑEROS
DETENIDOS DESAPARECIDOS, PRESENTES!!!
AHORA Y SIEMPRE!!!
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