copamiento al
Regimiento de Infantería III de La Tablada
Ivan Ruiz (mas adelante) y José Diaz cuando son llevado por un militar la tarde del 23/1.
Los militares declaran en el juicio que se escaparon. en el año 2009 se identifican sus cuerpos por pruebas de ADN.
La otra historia
El 23 de enero de 1989 el país amanecía conmovido por una acción militar en la Provincia de Buenos Aires. Luego de las rebeliones carapintadas de Semana Santa y Monte Caseros, se revelaba como un episodio confuso, que todavía sigue siendo desconocido por una gran parte de la sociedad Argentina.
Cuarenta y dos militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP), habían ingresado al Regimiento de Infantería III de La Tablada.
Del desconcierto del Gobierno Radical de los primeros momentos, se pasó a una salvaje represión dirigida por las fuerzas Militares, con la excusa de recuperar el Cuartel. La sociedad prácticamente estuvo ausente de las acciones; y luego de terminados los ataques, pudo observar imágenes de televisión que daban una clara idea de la crueldad con que se asesinó a los sobrevivientes.
Cuerpos calcinados y humeantes, cadáveres arrollados por las tanquetas, detenidos tomados por las cámaras de televisión, que pasaron a ser desaparecidos en democracia, familiares intentando conocer el destino de los detenidos; y un juicio plagado de fraudes y artimañas, que castigó sin permitir una justa defensa en juicio.
Dora Molina formó parte de esa historia; quien mejor que ella para darnos a conocer la parte de la historia que no nos contaron; LA OTRA HISTORIA.
DORA MOLINA
Historiadores.- las vivencias de la niñez y adolescencia son determinantes en la conducta como adultos para la mayoría de las personas, ¿podés contarnos algo sobre tu infancia?, ¿Cómo era tu barrio, tu familia, que ideales tenían?
Dora Molina.- Yo nací en Mar del Plata; mis abuelos eran de allá. Éramos una familia de clase media; mi viejo comenzó siendo albañil, después con el paso del tiempo, y la situación del país, que en ese tiempo ayudaba, fue formando una pequeña empresita de construcción; mi mamá era ama de casa, y era la que le hacía siempre los trámites de planos y habilitaciones.Me crié en el barrio Rivadavia de Mar del Plata, en la zona de atrás de la vieja Terminal; con la lógica de ese momento, que era ir a la escuela pública; vivíamos sin mayores sobresaltos, y sin muchos lujos.
A mi eso me marcó mucho; no había chicos que no fueran a la escuela, la deserción escolar era impensable; no eran muchos los que iban a Colegio Privado, el grueso íbamos a la Escuela Pública, con una lógica de decrecimiento que era el camino normal; hacer el secundario, pensar luego que íbamos a estudiar. Algo que después se quebró totalmente.Pude tener una infancia muy linda, mi familia vivía muy cerca, todos casi en el mismo barrio; mis amigos fueron mis primos, un entorno muy familiero, muy unidos, de compartir cosas.
Entonces yo me crié con esa idea que todo el mundo vivía así; la realidad con la que me encontré mucho después fue que no era así la cosa. Todo fue cambiando y degradándose bastante.
Era muy jovencita, pero seguía los avatares de la política del momento; de todo lo que fue la década del `70. Con una familia…, sobre todo por mi papá, que tenía ideales progresistas; el nunca había militado, pero siempre tuvo amigos de izquierda, en el Partido Comunista. Fue cooperativista, por que en la época en que florecieron las Cooperativas, antes de Onganía, él participaba activamente de una de ellas; después cuando las tiraron todas abajo, tuvieron que cerrar.
Él tenía un cierto compromiso, y muchas relaciones; me acuerdo de haber participado en el `73, cuando era la Alianza Popular Revolucionaria de algunos encuentros que se hicieron allá, a partir de las vinculaciones de mi viejo; cuando yo tenía 12 o 13 recuerdo que en un acto estuvo Horacio Guaraní; yo seguía ese proceso.
H.- O sea que desde chica estuviste empapada de política. D.M..- exactamente, pero mi militancia comienza después, básicamente con Malvinas.
En ese momento me pongo a militar, y mi viejo también.
A partir de estas vinculaciones, nos ponemos a militar; se arma el Partido Intransigente (PI) en Mar del Plata, con alguna gente que había estado antes, y con otros nuevos, como en nuestro caso; y ahí , en ese vínculo un poco familiar, fue el comienzo para la militancia.
Supongo que habrá sido la característica propia de Mar del Plata, parece que no fue lo mismo que en otros lados. Cuando llega el Golpe, estaban por comenzar las clases, y cortaron por dos meses el inicio. Habíamos empezado un curso de ingreso, pero cuando arrancamos ya no había ninguna actividad política, absolutamente nada.
Todos mis estudios los viví con esa dinámica social que impuso la Dictadura.
Me acuerdo de alguien que era proveedor de mi papá, a quien le había desaparecido un hijo, y que en esos primeros tiempos no sabía donde estaba, pero tenían la esperanza de encontrarlo. Después vino el oscurantismo que impuso la Dictadura a través de los medios, públicamente no se conocía nada, todo era por el boca a boca.
En el verano Mar del Plata es una caja de resonancia importante, por que llegan turistas de todos lados, y nosotros organizamos actos, algunos importantes, con bastante público, donde incluso llevábamos a Oscar Alende.
Nos abocamos a todo lo que era electoral, presentamos lista, con la coordinación de lo que era el Comité Provincia, el Comité Nacional, eso fue en el `83 y ´84.También es cuando conozco a mi segundo marido, Roberto Felicetti, que había salido de la cárcel en diciembre del `82, encarcelado por la Dictadura durante ocho años.
Formamos pareja, y con él tengo a mis dos primeros hijos; y a partir de esa relación con él viene toda la vinculación con la gente de lo que después iba a ser el M.T.P. (Movimiento Todos por la Patria).
En esos momentos estaban regresando los compañeros que habían participado de todo el proceso de la Revolución Nicaraguense, que venían con la idea de armar o sumarse a una idea frentista; teniendo en cuenta que lo único que podía resolver la experiencia vivida, era tener una amplitud necesaria para organizar tanto las fuerzas que venían desde antes, y que habían quedado muy golpeadas por la Dictadura, como de todos los sectores nuevos que se habían empezado a acercar con la vuelta de la Democracia.A partir de esos contactos, se analiza que trabajar en el P.I. tenía cierta limitación.
Incluso en el P.I. de Mar del Plata habíamos tenido problemas con las autoridades de Provincia y Nacional, y un grupo, sobre todo de jóvenes y no tanto, -por que entre ellos también estaba mi viejo-, decidimos irnos del P.I.; y empezamos a trabajar allá con el M.T.P., mas o menos en el `85, que es cuando se hace la fundación del Movimiento.En el año `87 el M.T.P. participa electoralmente en algunos puntos del país, Roberto se va unos meses a trabajar a Santiago del Estero, en una experiencia electoral con un Partido de la zona, también lo hacemos en Córdoba, en el Norte, en alguna de las zonas de Capital. Después en el `88, luego de esta experiencia electoral, nos proponen venir a Buenos Aires, para apoyar un poco el trabajo que se estaba haciendo acá.En enero o febrero del `88, ya me vengo a vivir a este barrio, por que soy yo la que se pone a buscar casa, y nos venimos a vivir a Pompeya.
H.- ¿siempre existi esa idea de formar un Frente Político? D.M..- si, aunque cuando se le pone el nombre, se lo llama Movimiento; la idea era romper con el sectarismo. Y para lograr un triunfo, era necesario congregar de un mismo lado, una fuerza nueva y amplia. Ya cuando se empezó a trabajar con la Revista Entre Todos, que es la que antecede a la fundación del Movimiento, siempre la idea fue la misma; había que unir.Quizá uno de los puntos débiles de los `70, fue el no haber estado todas las Organizaciones unidas.
Cuando viene este grupo de compañeros que estaban en el exilio, que habían ido a Nicaragua a participar de los últimos momentos, prácticamente de la toma del poder; ya tenían la clara idea, de que cuando se pudiera regresar a la Argentina, debían hacerlo y debían trabajar acá.
Participaron en Nicaragua, como pudo haber sido en otro lado donde se necesitara de su colaboración revolucionaria. Ellos no solo participan en la lucha revolucionaria, sino que después también de la construcción del Estado. Integraron tanto las Fuerzas armadas, como la Policía, u otros Organismos del Estado. Hasta el momento en que cada uno decide volver, por que ya antes de Malvinas vieron que había condiciones eso. Pero aún hay compañeros que continúan trabajando allá.
Esa es la parte que la prensa no cuenta; eso les valió ciertos honores. Lo organizaron y lo prepararon ellos, hay un libro que cuenta como fue el ajusticiamiento; en él participa el Capitán Irurzún, que es el único que muere, por que regresa a buscar las cosas a ese lugar, y suponemos que lo capturaron y lo matan ahí, pero el resto logró salir del País.
Vos tenés una estrategia, tenés que pensar, analizar, organizar a la población; eso es experiencia política. Que sea después armada o por la vía democrática, son dos formas; pero la experiencia armada no hay que deslindarla de la experiencia política.Te pongo un ejemplo, un Guerrillero y un Militar; los dos utilizan las armas, sin embargo, uno tiene una ideología y otro tiene otra; el guerrillero sabe que tiene que trabajar con el pueblo, que tiene que asentarse en él, tiene un objetivo muy distinto al del militar.
Las armas son un medio, no un fin en si mismo; los compañeros venían con toda esa experiencia política. Yo te diría que ellos fueron de los primeros que empiezan a hablar del frente; toda la estrategia política se empieza a dar en ese sentido, incluso antes de armar el M.T.P.
En la revista Entre Todos, los contactos de los compañeros eran con todos los sectores, con los que venían del Peronismo, con los que venían de sectores Católicos, de las Comunidades de Base. En un primer momento todos estos sectores participan del M.T.P., luego hubo una serie de cuestiones, de diferencias, de cuestiones que no se dieron solo en el M.T.P., se dieron en todas las Organizaciones. Todas las Organizaciones tuvieron su desgaste y división; y división de la división, esto dura hasta hoy.En el ‘83, era una explosión popular; nos parecía que ya teníamos el toro por las astas. Veíamos lo que fueron las elecciones, la movilización de Alfonsín, y sin embargo esas fueron unas de las últimas movilizaciones espontáneas; las que vinieron después ya no fueron de la misma forma.
A partir de allí, todo el campo progresista, por decirlo de una manera bien amplia, empezó a sufrir esas divisiones. El M.T.P. no pudo escapar a la dinámica o al proceso que vivió toda la sociedad.
Ese fue el triunfo que logró la Dictadura; dividirnos, atomizarnos.
Lo que los compañeros habían mamado en Nicaragua, fue justamente esa experiencia frentista; el Frente justamente logra el triunfo cuando se unen todas las fuerzas que venían trabajando, y eso básicamente es política.
Los radicales habían logrado lo del Canal de Beagle, tuvieron varias victorias sobre la oposición, y sin embargo cuando se le plantan los militares es el comienzo del fin. Lo que nosotros analizamos políticamente, que también se sabía por otro tipo de información que se manejaba, era que los militares, una vez que logran parar al gobierno democrático, una vez que el gobierno empieza a ceder, concediéndoles la Obediencia Debida, el Punto Final; y una vez que ven que ciertos sectores los acompañan, ellos (los militares) también se lanzan a la lucha política.
Los Carapintada en esos momentos, recorrían Sindicatos para lograr sus aliados, ellos pasan a la ofensiva.
Un poco es este el análisis que lleva a La Tablada, el pueblo no podía permitir este avance, que significaba otra vez el retroceso hacia las épocas de la Dictadura; cuando los estábamos desterrando resulta que otra vez los teníamos encima. Ese es el factor principal.
Cuando los compañeros comienzan a organizar el M.T.P., pensaron que la democracia había llegado para quedarse, y ese era el mejor escenario para la construcción que todos pretendíamos, pero una vez que intervienen los militares, ya la situación cambia.Después viene Monte Caseros en enero del `88, donde está otra vez Aldo Rico, y Villa Martelli en diciembre del `88 también, donde la gravedad es que aparece en escena Seineldín.
Nosotros veníamos denunciando los planes golpistas de este sector carapintada a partir de estos compañeros como Gorriarán que trabajaba en Inteligencia en Nicaragua.
Seineldín estaba destinado en Panamá, con la guardia de Noriega. Allá él daba charlas, o le hacían entrevistas de prensa, y expresaba claramente cual era su idea; una de estas entrevistas de prensa, se le hace llegar al gobierno de Alfonsín, y ellos hicieron caso omiso. Decimos claramente “guarda que este tipo tiene un proyecto, ya se sublevaron en el `87, y él está allá diciendo que tiene un proyecto”, “Seineldin era claramente uno de los ideólogos del grupo Carapintada”.No solo se le dice a los Radicales, sino también a ciertos sectores de la oposición, al Justicialismo.
El Nunca Más no solo se había declamado en el Juicio, sino que era una cuestión sentida popularmente. Por eso se decide la acción entendiendo que se iba a marchar por otros carriles.
A los militares los paró la movilización en la calle.
H.- ¿pensás que hubo una equivocación en la toma de la decisión de ingresar a La Tablada?D.M..- ¡ ay, que pregunta !. Yo creo que en cuanto a los motivos políticos no; pero si en cuanto a que una acción así no podía ser encarada por un grupo pequeño. Políticamente me parece que es correcto todo el análisis que lleva a La Tablada, pero quizás el error fue no ver que se necesitaban más fuerzas, o haberlo encarado desde otro punto de vista; llamando a una movilización política amplia.Es muy complejo; por que uno dice “¡murieron tantos compañeros!”, “¡el costo fue tan grande!”.
H.- vos hablabas de lo estratégico. Dentro de lo estratégico uno debe saber ¿quienes son sus aliados?, ¿ Que grado de inserción tienen en la comunidad? ¿ Cuál era el grado de compromiso de esa gente que salió a la calle? Por que queda la sensación de que esos hombres y mujeres, que lucharon con esa entrega, con esos ideales, quedaron solos en ese momento. D.M..- eso fue lo que ocurrió, en parte por que los militares actuaron rápidamente, para acabar con todo lo que había.
Si la represión no hubiera sido tan intensa y rápida, no hubiera sido para arrasar con todo, hubiera sido distinto. Ahí logran cortar todo posible vínculo del grupo con lo externo con la comunidad, los aislaron.
H.- ¿pensás que ante semejante despliegue militar, -se calculan aproximadamente unos 2500 efectivos-, podían tener previsto la acción que ustedes iban a desarrollar? D.M..- A partir de los análisis que se hacen, se denunció que los que podían tener un alerta era la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que fue la que primero estuvo.
Ya estaba montando operativos de piratas del asfalto en la zona.
Apenas entran los compañeros, los que primero llegan y sostienen varias horas el enfrentamiento es la Policía de Buenos Aires.
El Ejército llega recién a las 11 de la mañana, y a la tarde rodean con 2000 hombres el cuartel, mas los cañones; había prácticamente un cañón por compañero.Sobre lo que sí hay una sospecha, y que lo denunciamos, es sobre alguien cercano que no participó, pero que había sido parte del Movimiento, y que podía tener vinculaciones con la Policía de la Provincia de Buenos Aires, y por eso estaban ahí.
Lo cierto es que todos los policías acudieron, y sobre todo los que tuvieron participación en la Dictadura, una fuerte ligazón con los Grupos de Tareas, como el Comisario García García que muere ahí, como el Comisario Ré; eran todos tipos tan acostumbrados a entrar al cuartel, que eran uno más de ellos.
O como el caso de Luís Abelardo Patti, que también aparece en las filiaciones.
Muchos de ellos no estaban de guardia ese día, fueron de puro “solidarios”.
H.- ¿se define a los de La Tablada como Crímenes de Lesa Humanidad?,¿por qué? D.M..- Por que se cometen desde el Estado. Los delitos de Lesa Humanidad son los que se cometen desde el Estado, amparándose en el poder estatal, en la infraestructura estatal, se cometen contra cualquier ciudadano.Y en La Tablada fue así. ¿Por qué?, por que mientras duraron los combates, podrían considerarse un estado de guerra, pero a partir del momento en que la gente se rinde, que es tomada prisionera, ahí empieza a regir el Derecho Humanitario. Es decir, tienen que tratar al prisionero de determinada manera; y acá hubo compañeros que desaparecen y que no se supo nunca más su destino, una vez que estaban tomados prisioneros o que se habían rendido.
Hay por lo menos 10 denuncias de fusilamientos y desapariciones; Pancho Provenzano es detenido con vida, se rinde junto a los compañeros, y sin embargo le hacen detonar una granada en el cuerpo y aparece destrozado.
El caso de Carlos Samojedny, es de quién hasta hoy no se han recuperado sus restos; después están los casos de Iván Ruiz y José Alejandro Diaz, dos compañeros que eran Internacionalistas, habían estado peleando en Nicaragua, dos chicos de 20 años, está filmado cuando se los llevan con vida caminando con las manos en la nuca, ellos son detenidos el día 23 y desaparecen; y ahora recién con el cotejo de ADN , aparecen los cuerpos de ellos con todo el resto.
Hay otro grupo de compañeros que también son asesinados después de rendirse, como el caso de Berta Calvo, que aparentemente estaba herida, y la asfixian con una bolsa de nylon en la cabeza. Y también un gran número de compañeros con herida de bala en la cabeza, y a muy corta distancia, lo que indica que estaban heridos y fueron rematados. Por eso entendemos que son Delitos de Lesa Humanidad; tuvimos un fallo del Juez Castelli, del Juzgado de Morón que así lo declara en diciembre pasado; por lo tanto son imprescriptibles. Este Juez ordenó el arresto de Arrillaga, el jefe de la recuperación del cuartel, y del Mayor Varando que es el responsable de los dos chicos que les contaba.
Esto fue en diciembre, ellos apelan ese dictamen, y en el mes de enero, una Sala de la Cámara Federal de San Martín, que es la misma que nos juzgó a nosotros lo tira abajo; nosotros no pudimos contestar, por que el abogado que nos llevaba hasta ese momento el caso, Rodolfo Yanzón, nos hizo caer el plazo, por lo tanto no estuvimos en tiempo para contestar en término, se nos cerró la vía para llegar a la Corte Suprema.
Seguimos peleándolo por otra vía, que es la declaración de que de todas maneras los delitos cometidos no son prescriptibles, y juzgar a los responsables.
Acá hubo muchos responsables.A nosotros nos juzgaron rápido, en ocho meses; cumplimos las penas, con varias cosas turbias durante el transcurso del juicio; y sin embargo a los responsables de la represión, recién ahora, luego de casi 21 años, se los podía procesar y juzgar. Pero esta actitud de Yanzón lo impidió.Todavía se siguen reconociendo cuerpos que figuran como NN, tenemos los nombres que nos faltan y tenemos esos cuerpos, falta hacer la ligazón; pero no obstante sigue faltando gente. Se nos negó durante ocho años desenterrar a los NN, y recién la Justicia accedió a que se reconocieran los cuerpos cuando salió el informe de la CIDH, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hasta ese momento no pasaba nada.
Luego de ese fallo, dejan que se sumen los cadáveres y se empiecen los reconocimientos. Recién ahora, desde el año 97, podemos empezar a reconocer algunos de los cuerpos con las pruebas de ADN.
H.- ¿ Podés contarnos quienes son Arrillaga y Varando?, ¿qué historial o prontuario tienen?D.M..- Varando participó de la represión del 19 y 20 de diciembre del 2001, es el que mata a Gustavo Benedetto, y Arrillaga estuvo involucrado en la Noche de las Corbatas allá en Mar del Plata, que ahora en Agosto empieza a ser juzgado por esos hechos.
En el juicio, cuando declara Arrillaga, uno de nuestros abogados era Salerno, quién también estuvo detenido en 1975, al igual que Felicetti (otros de los detenidos en Tablada). En esos momentos Arrillaga era Jefe del Comando de Mar del Plata. Es decir se encontraron los tres otra vez con Arrillaga como victimario. Salerno en un momento levanta la voz y les dice a los jueces que había sido torturado en 1975.
Eso fue una cosa muy fuerte en el juicio; tenerlo ahí adelante, fue uno de los momentos más tensos.
H.-esa “casualidad” también sirve para demostrar como, estos criminales de repente, dijeron salir a defender a la patria y atacaron a los “subversivos”, pero que estas prácticas son moneda corriente desde su formación, este es el ejercicio común de estos tipos; el de reprimir todo levantamiento popular, sea armado, o como el del 19 y 20, que fue reprimido salvando las diferencias, con la misma saña. D.M..- Y si hubiera sido necesario en Diciembre de 2001 utilizar las mismas armas que en La Tablada, lo hubieran hecho.
H.- ¿Cuántos fueron los compañeros que ingresaron a La Tablada?, ¿ y cuantos fueron reconocidos? D.M..- alrededor de 42 ingresaron, y hay 29 fallecidos. Aún, después de tantos años quedan 4 cuerpos todavía sin reconocer.En los primeros días después del asalto al cuartel, las familias reconocieron algunos cuerpos y los retiraron; pero quedó un grupo de gente que no fue reconocida.
También faltan cuerpos como el de Samojedny, apareció un testimonio donde dicen que lo habrían llevado a una Comisaría en Lanús, lo sacaron del Cuartel y lo llevaron a otro lado.
Mientras no se terminen de reconocer la totalidad de los cuerpos no sabemos si está o no.
H.- ¿Cuántos hay desaparecidos entre el total? D.M..- la CIDH denuncia como desaparecidos a seis, y 4 ejecutados sumariamente. En estos últimos años se reconocieron 4 compañeros, que ha sido difícil porque en principio se los enterró como NN y recién en el año 1997 permitió exhumarlos. Lo que tenemos en definitiva son solo algunas piezas, porque mezclaron todo. Por ej. en una misma bolsa habia restos de tres personas. Evidentemente la intención fue que no se los pudiera identificar. Nosotros nos basamos en general en el informe de la CIDH, que es el más confiable; en un principio hubo una gran confusión con estos datos.
H.- ¿Qué podés decir sobre juicio que les hicieron?, ¿qué análisis hiciste? D.M..- que estaba totalmente armado, estaban las condenas definidas de antemano.
Si comparamos las condenas que nos dieron a nosotros, con las que le dieron a los Carapintada cuanto se sublevaron en Diciembre de 1990, no tienen nada que ver.
Yo tuve más años de condena que Obeid, que fue el Jefe que copa el edificio Libertador.
A él con la responsabilidad que tenía le dieron 10 años, a mí me dieron 15.Lo que hicieron en el juicio fue poner una Carátula donde metieron todo, donde nos hacían a todos responsables de todo, y a partir de ahí graduaron las máximas penas.
Uno de los abogados nos decía, que a nosotros nos correspondían penas entre cinco y quince años, y sin embargo todos los que entraron al cuartel tuvieron perpetua, y a los que estábamos afuera nos graduaron entre quince, como me dieron a mi, y diez.
El que menos tuvo de nosotros, le correspondió lo mismo que a los mayores responsables de los Carapintada.Durante el juicio tuvieron que declarar varios soldados, como prueba de parte de la Inteligencia Miitar, y recuerdo que uno de ellos al declarar, dijo que ya lo había hecho, por que les hacían preparar el libreto; ¡lo dijo en el medio de la declaración!; y los Camaristas hicieron como que no escucharon nada.No dejaron poner Pruebas de Parte, las Pericias de Parte tampoco.
Pero la cosa más grave que estos Camaristas hacen, es lo que se llama dividir el objeto procesal.
Ellos tomaron todo lo que pasó en La Tablada, y mandan lo que hicieron los Militares como causas paralelas, y sí toman como causa principal, todo lo que hicimos nosotros.
Esto no sucede nunca, lo hicieron para este juicio, cometieron muchísimas arbitrariedades. El libreto estaba armado como lo testifica ese soldado, y con una denuncia de que la Fiscalía respondía a Inteligencia del Estado.
Posteriormente sucedieron hechos, donde es clara la vinculación de los Fiscales con los Servicios de Inteligencia. Esta Cámara que nos juzga, que en ese momento en la Sala estaban los doctores Fosatti, Barral y Marta Herrera; -Marta Herrera se va a otro Juzgado, pero Fosatti y Barral siguen estando- y son los que nos cierran ahora la posibilidad de declarar los delitos de los militares como de “Lesa Humanidad”. ¿Cómo no nos van a cerrar la posibilidad, si en eso va su pellejo?.
Por que en su momento ellos no hicieron las cosas bien , y el problema además fue el abogado nuestro que consintió esto; un abogado que sigue actuando en DDHH, y consintió este tipo de cosas.
H.- ¿en qué lugar estuviste detenida? D.M..- en Ezeiza. Primero en la Cárcel vieja de Caseros. Los varones estaban en la nueva. En principio las mujeres detenidas éramos tres, Claudia Acosta, Isabel Fernández y yo, a la semana entra Cinthia Castro; allí hasta el año 91, después nos llevan a Ezeiza.Yo estaba embarazada de mi hija más chica, que nació en el Hospital Penna; la tuve conmigo un año y pico, y después cuando dejé que se la llevaran mis padres, nos llevaron a las cuatro a Ezeiza. Después en el `94, cae Ana María Sívori, que era la ex mujer de Gorriarán; ella fue directamente allí.
H.- ¿ cómo era la convivencia en la cárcel?, ¿Había respeto de las otras detenidas hacia ustedes?D.M..- la verdad que si. En Caseros estuvimos aisladas, por que era una cárcel de hombres y estábamos totalmente solas, pero cuando fuimos a Ezeiza la relación fue muy buena, hemos hecho amigas.Para mí en particular, fue una experiencia importante, por que empecé a dar clase en la cárcel; enseguida me vinieron a buscar, para que diera clase de matemáticas, por que sabían que era Contadora; así que me integré a educación y fue una experiencia bastante linda. Después vino la Universidad; el programa de la UBA, que está en Devoto, vino también a Ezeiza, así que ahí empezamos a estudiar.
Realmente como experiencia, para conocer determinado sector de la sociedad, sobre todo en esos años tan golpeados, fue importante.
Nos trataron siempre con mucho respeto, y hubo una buena integración, pese a que el ambiente de la cárcel es dificilísimo. Pensemos que lo más golpeado de la sociedad, lo más marginado, lo más postergado está ahí adentro, con todos los problemas que se les ocurra, no es fácil moverse, pero nosotros no tuvimos problemas.
Había mucha gente que conocía el hecho, y nos tenían como una especie de respeto.
H.- ¿tuviste que cumplir los 15 años de condena?
D.M..- cumplí 10, que son los dos tercios. En el último tiempo ya tenía salidas transitorias y laborales; por que a partir de determinado momento tenés ese permiso.
Iba y venía todos los días, trabajaba en Capital, y tenía que ir a dormir a la cárcel.
H.- La Presidenta Cristina Fernández autorizó que se desclasificaran los archivos. ¿ fue para conocimiento personal de ella?, cómo se comentó en algunos medios.
D.M..- No. Esa medida fue ante un pedido del Juez Castelli, que necesitaba de los archivos para la investigación. Ante ese pedido la Presidenta lanza el decreto donde solicita la desclasificación, pero no le han mandado mucho, y lo que le mandaron sirve muy escasamente.
Siempre insistimos en el Juzgado para saber que llegó, para tratar de saber que pasó con algunos compañeros y cerrar muchos de los análisis. Siempre nos dijeron “algo mandaron pero no sirve mucho”; no ha llegado toda la información que existe.
H.- ¿quién tiene que enviar esa información?
D.M..- todos los sectores de Inteligencia son los encargados de mandarla que dependen del Gobierno Nacional.
Pero ahí hay otro detalle, ¿qué pasa con la Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires? Seguramente ellos tienen bastante que informar. Sabemos que las áreas donde se maneja esta información son reticentes a hacerlo, por eso le insistíamos al Juez que reclamara, pero no es tan fácil. Ese era uno de los aspectos con los que debíamos avanzar.
H.- ¿ cómo pensás que toma hoy, la sociedad en general, los hechos de La Tablada?
D.M..- yo puedo hablar desde la experiencia que me toca cuando hablo con la gente; ni a mi, ni a ninguno de los compañeros, nos pasó que alguien nos diera vuelta la cara.
Al contrario, siempre vemos una actitud de curiosidad, de querer conocer, de querer saber más, de darse cuenta que lo que le han dicho no era así, y querer ver un poco más allá. Jamás encontré a nadie que criticara lo que habíamos hecho.
En una sociedad donde se sabe que te mienten mucho, y que cuando pasa un hecho trascendente como este, te ocultan la información, en general, se interesan para formar una mejor opinión.
Me he encontrado con mucha gente, que al ver las imágenes de esos días, se habían dado cuenta que los estaban matando sin contemplación.
Cuando veían un chico quemándose, (en el operativo Militar se arrojaron bombas de fósforo sobre los integrantes del M.T.P.), cuando veían que no había intención de que eso se detenga; eso causa indignación.
Cuando estábamos haciendo la campaña por la Huelga de Hambre, una de las varias que hicimos; particularmente en esta que les cuento, que era la más grande, yo ya estaba saliendo con transitoria; participé de hacer el recorrido político con diputados para tratar de apoyar la medida.
Como cada vez que se presentaba la oportunidad nos llegábamos hasta algún político, una vez lo encaramos a Alfonsín que estaba en una charla, yo me acerco y le digo “Doctor Alfonsín, soy una de las presas de La Tablada”, y el tipo me agarró con fuerza, me miró y me abrazó, fue un gesto como diciendo “lamento lo que les pasó”; luego nos dio los datos de su secretaria para comunicarnos.
Ante esa reacción dijimos, “que bárbaro”, pero después, nunca nos atendió.
En general, todos los políticos con los que nos entrevistamos, siempre tuvieron esa actitud de querer hacer algo.
Cuando fue el gobierno de De La Rua, que fue el momento en que más nos hicimos escuchar, en el gobierno de la Alianza, solo los fachos mostraron un gesto de rechazo.
H.- ¿qué podes contarnos sobre los compañeros que estuvieron presos acá en Caseros?
D.M..- yo los veía a todos, por que venía de visita para ver a mi marido, cada quince días. Venía con Isabel Fernández y la nena, que era chiquita.
Existe lo que se llama “visita de Penal a Penal”, que permite a los matrimonios o a las parejas que se encuentren; entonces cada quince días, ellos te tienen que traer con todas las presas.
Estábamos en el piso 18, y de ahí los veíamos a todos, los saludábamos.
Ellos estaban realmente en condiciones aberrantes, sin poder moverse del piso, durante muchos años; realmente en condiciones degradantes.
Estuvieron peor que nosotras; en Ezeiza al menos teníamos un patio, podíamos ver el sol.
En los últimos tiempos, cuando faltaba poco para que salieran, los trasladaron también a la colonia que hay en Ezeiza. Para que se recuperaran un poco antes de salir.
H.- a Antonio Puigjané se lo condenó, ¿formó parte del copamiento?
D.M..- él fue dirigente del M.T.P.; no formó parte de lo de La Tablada, por que por su condición de Sacerdote, los compañeros decidieron dejarlo a un costado en esa acción.
Él siempre participó, y compartía ese criterio político, pero no supo del hecho puntual que iba a suceder.
Cuando se da la conferencia de Jorge Baños, donde se denuncian los contactos de Menem con Seineldín; en esa mesa estaban Baños, Feliccetti, Provenzano, y también Antonio Puigjané.
No es fácil estar en un medio como la Iglesia, y sostener sus convicciones políticas.
Pero él era muy amigo de todos los compañeros, en la experiencia de la convivencia se notaba que él los quería, y todos lo querían a él.
H.- ¿ Por qué lo ligan a él con la acción?
D.M..- por ser Dirigente, solo por eso.
H.- ¿sufrió varios años de detención, no?
D.M..- con él se demuestra la arbitrariedad de la Justicia, a él le dieron 20 años sin ninguna prueba. De Antonio no tenían absolutamente ninguna prueba, por que sabían incluso que había estado todo el día en la Iglesia, y sin embargo le dieron veinte años por la cabeza. Había que disciplinarlo; es muy pesado un Cura Revolucionario.
H.- ¿el abogado Jorge Baños estuvo desaparecido un tiempo?
D.M..- aparentemente Jorge muere en el Cuartel; se habían dicho muchas cosas, que lo habían sacado, pero el cuerpo de él lo reconocen enseguida. Jorge era una de las figuras más conocidas.
H.- luego de comenzar las salidas transitorias, ¿ cómo tratás de continuar con tu vida?
D.M..- readaptándome de a poco; por suerte pronto empecé a trabajar, y también me ofrecieron trabajo en la Universidad para dar clases.
Cuando dábamos las clases en Ezeiza, me hago muy amiga de una profesora que iba allá, y a través de la vinculación con ella, me ofrecen el trabajo en la Cátedra, en la que todavía sigo estando. También empiezo a trabajar como contadora.
Por suerte la readaptación para mí, fue relativamente fácil.
Una vez que salí, también me pude traer a los chicos, que estuvieron todos esos años con mis viejos.
Pero en general no fue fácil para todos, justo cuando empezamos a salir, el País estaba en plena crisis; no había laburo, y se complicaba.
H.- ¿en qué año fue?
D.M..- entre el 2000 y el 2002. No tuvimos rechazo de parte de la sociedad, pero con el tema de los antecedentes, sí tuvimos problemas para conseguir trabajo.
Yo trabajaba en Rentas de la Ciudad, con un contrato; pero en determinado momento concursé un cargo; me nombran en la planta permanente, y al año me dan la baja por los antecedentes.
Recién ahora salió un fallo en primera instancia a favor, del Juez Gallardo, donde dice que me tienen que reincorporar; además se modificó la ley, así que creo que el fallo de Cámara va a salir favorable. Confío que voy a volver a Rentas, por que además el trabajo me gustaba.
Y el otro problema que se presentó, fue el devenir familiar, que nos pasó a todos, y de lo que ninguna persona está exenta.
Pero jamás sentimos una estigmatización social; para nada.
H.- ¿qué opinión tenés sobre la Desaparición Forzada de Personas?
D.M..- no pueden volver a ocurrir nunca más, es un verdadero drama el que ha vivido el País. Es el mecanismo represivo al que apeló la Dictadura para dar un ejemplo muy drástico.
Ese disciplinamiento que significó la desaparición de personas y toda la represión que vino con ello, fue para imponer un modelo económico, que después trae consecuencias en todos los aspectos, en el Institucional, en el aspecto cultural, esta cuestión de pérdida de valores de la que hablábamos al principio; esta división continua que experimentaron las Fuerzas populares después del ´83, es directa consecuencia de todo ese mecanismo represivo, por eso hoy cuesta tanto volver a construir.
No es que falte mística; es un problema profundamente arraigado.
Por eso yo acá traigo otro tema; lo que pasó los otros día durante los festejos del Bicentenario (22,23,24,25 de mayo de 2010), creo que es un gran paso adelante, por que justamente tiende en ese sentido de recuperar valores, perder el miedo, ver que se puede, que hay algo colectivo que nos une como país; para mi fue una cosa que me impactó por que no lo esperaba.
Pero creo que dimos un paso adelante como sociedad, un paso para seguir avanzando. Hasta ese momento nosotros veníamos en caída libre; desde el ´76 que venimos cayendo, y recién ahora con esta demostración, paramos el retroceso, y podemos hacer un avance sostenido.
Pero ese retroceso fue consecuencia de la Dictadura, que lo hizo de esa forma drástica; con la Desaparición de Personas, y el robo de niños, dos de las cosas más terribles.
Eso en cuanto a todo lo que era el activismo; y fue un golpe terrible.
Y para el resto de la sociedad, ¿cuál fue ese golpe terrible?, la desocupación.
El quiebre cultural y de valores viene a raíz de todo esto, por que una persona que queda diez años desocupada, no encuentra un trabajo, y comienza a pensar “yo no valgo”, ¿que puede esperar?.
Lo que han hecho es terrible, por eso esta gente (los represores) que siguen justificando lo que hicieron creo que no tienen lugar en esta sociedad, aunque con los hechos del Bicentenario deben haber recibido un buen golpe; estos tipos siempre quieren volver. Pero creo que estamos en otra situación.
H.- nosotros vemos ese quiebre, esa bisagra, por llamarlo de alguna forma, en diciembre del 2001.
D.M..-Si, es cierto, es otro hito en la recuperación pero lo del Bicentenario fue más masivo, en el sentido de gente no militante; que recibió una propuesta cultural que le habló de una historia nunca contada, al menos no la de la usina del poder.
Yo le preguntaba a mis alumnos ¿por qué habían ido?, y me respondían que para ver a los músicos, o por que no tenían nada que hacer, pero toda esa gente que estuvo apretujada, moviéndose, y que no le importara para nada esa incomodidad, recibió todo eso, y sin ningún incidente.
H.- Comentaba un periodista conocido, que se dice que la nuestra es una sociedad violenta; pero él analizaba, que si en una movilización donde participan seis millones de personas, no se produce ni un solo incidente, ¿donde está esa sociedad violenta?. Esa sociedad violenta como tal, no existe, la inventan.
H.- ¿ como relacionas aquella persona que fuiste, con esta persona que sos hoy?, toda esa experiencia vivida, ¿hoy se pierde?
D.M..- no, ninguna experiencia se pierde; en los primeros tiempos cuando salí, hubo un momento posterior al 2001-2002, donde si bien participaba y trataba de estar informada, me aboqué mucho a lo personal, por que también tenés muchas cosas pendientes que necesitás recuperarlas.
Yo participaba de las marchas, de los actos; y sin embargo, luego del 2008, con el conflicto con el campo, con el grupo de compañeros con los que seguimos viéndonos, nos pasó que nos dijimos que había que hacer algo.
Si no nos juntamos con algo más grande la militancia personal no sirve; desperdiciás esfuerzos. Y en razón de mi experiencia personal, ya estoy decidida a participar de otra manera, y creo que la cosa está mejor ahora como para avanzar, creo que estamos mejor que en el ´83, creo que la cosa decantó, que está más claro quien está de un lado y quien del otro.
Por ejemplo lo que pasa con estos documentales que pasa canal 7 a las 23,30 relacionados con estos 200 años, creo que es fantástico. Contar la historia así, la reivindicación que se ha hecho por ejemplo del Che, es como que ahora lo legitimamos; y vieron que para el común de la gente, lo que se ve en televisión es lo que vale, por lo tanto es importante que pase.
Se cambió la óptica de la historia que se cuenta.
Habíamos perdido lo simbólico, nos copó la cultura de las Mirta Legrand , Susana Jiménez, Ricardo Fort; lo que mostraron en el Teatro Colón ( presentación del Gobierno Macrista en el Teatro Colón durante los festejos del Bicentenario, con la invitación y concurrencia de decadentes personajes de la farándula). Eso ocupó lo simbólico, y no puede ser.
H.- ¿quisieras dejar unas palabras finales para quienes lean este trabajo, relacionadas con el hecho de La Tablada? ¿O una reflexión sobre tu experiencia política, sobre tu vida, que consideres que pueda resultar valioso?
D.M.-Si, dos cuestiones.
La primera, es que nosotros, y con esto me estoy refiriendo al grupo que resultamos detenidos por los hechos de la Tablada, siempre expresamos que “no nos arrepentimos de haber intentado luchar”. Y esta es una pregunta que permanentemente esta en todos los que nos entrevistan.
Podremos cambiar nuestra visión sobre determinados aspectos del hecho, pero lo esencial creo que está dado por esa entrega en función de los análisis realizados en su momento y que creímos honesta y sinceramente que nuestra acción serviría para frenar la acción golpista militar.
No nos pueden echar en cara que fuimos por objetivos personales o por intereses materiales. Y este creo que un valor central, que lamentablemente no poseen una gran mayoría de los que actúan en política.
De allí nuestro recuerdo y admiración por nuestros compañeros caídos.
Otra cuestión, es sobre el presente. Creo que no debemos olvidarnos todo lo vivido por nuestra Sociedad desde el 76 en adelante, donde el poder económico conjuntamente con los militares destruyeron el modo de funcionamiento de la economía hasta el momento, en beneficio propio y para destruir las bases que posibilitaban la gran alianza popular.
Ese fue el propósito del golpe, que en la posterior recuperación democrática trataron de conservar los beneficios logrados a través de la concentración empresaria.
Menem representó una vuelta de tuerca en ese proceso con el agravante de que dejó el terreno propicio para la consolidación del capital extranjero. Entonces hoy tenemos que de las 100 principales empresas de la cúpula económica 80 son extranjeras.
Estos factores son los que hoy ponen palos en la rueda, lo que pretenden que no haya retenciones a las exportaciones del campo, los que quieren mantener los privilegios de los medios de comunicación, los que se van a oponer a cualquier “leve” cambio que pretenda mejorar las condiciones de vida de la población.
Entonces no hay que equivocarse ni ser ingenuo. Aprendamos de todo lo vivido, recordemos hasta que punto de destrucción llegamos, esto es desempleo, empeoramiento de la calidad de vida de todos, porque nadie se salvó, pérdida de valores, rotura de los lazos sociales, de la solidaridad. Pensemos en el país que teníamos en los 60-70 y el que quedó después.
El enemigo es uno solo: el que pretende seguir perpetuando sus ganancias y propiedades.
Algunos datos para complementar la información
En diciembre de1997, la CIDH, el organismo de la OEA, encargado de velar por el respeto de los derechos humanos, concluyó que “el Estado argentino es responsable” por las siguientes violaciones:* El derecho a la vida de Carlos Alberto Burgos, Roberto Sánchez, Iván Ruiz, José Alejandro Díaz, Carlos Samojedny, Francisco Provenzano, Berta Calvo, Ricardo Veiga y Pablo Martín Ramos. Burgos y Sánchez habrían sido ejecutados en la guardia dentro del cuartel, según los testimonios de cuatro soldados (Aibar, Miranda, Medina y Rojas). “Las autoridades no lograron identificar los cadáveres de dichas personas a fin de establecer la causa de la muerte”, señala el informe. Ruiz y Díaz también fueron ejecutados después de ser detenidos. En fotos de la revista La Semana, número 1227, y en un video de Canal 13 se los ve cuando se entregaron.* El derecho a la integridad personal de todos los detenidos. El pronunciamiento alude a “los datos reunidos por Amnistía Internacional que mediante una comparación de los informes médicos de los detenidos, de fechas 24 y 28 de enero de 1989, demuestra que el número de heridas había aumentado en ese lapso, durante el cual habían estado privados de su libertad y bajo el control exclusivo de agentes del Estado argentino”. La comisión consideró plenamente probado que Luis Alberto Díaz, Claudio Néstor Rodríguez, Carlos Motto, Claudio Omar Veiga y Sebastián Ramos fueron torturados.* El derecho a recurrir el fallo condenatorio ante un tribunal superior.
El 5 de octubre de 1989, la Cámara Federal de San Martín condenó a Roberto Felicetti y Claudia Acosta a reclusión perpetua. Fray Antonio Puigjané, quien no participó del asalto y se presentó espontáneamente a la Justicia, recibió 20 años de cárcel. Los otros quince fueron condenados a penas de 10 a 15 años. A Gorriarán Merlo lo apresaron el 29 de octubre del ‘95 en un confuso procedimiento realizado por agentes argentinos en México. Fue condenado a reclusión perpetua. Su ex esposa, Ana María Sívori, fue detenida en Rosario y recibió una pena de 18 años.
El mayor Varando estuvo detenido como acusado de haberle disparado y provocado la muerte al manifestante Gustavo Benedetto, en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, pero tres años más tarde la Corte Suprema le modificó la calificación del delito de "homicidio" por la de "abuso de armas" y así obtuvo la excarcelación.
Arrillaga se desempeñaba en 1989 como comandante a cargo de la recuperación del cuartel de La Tablada, según una orden impartida por el entonces presidente Raúl Alfonsín, estuvo acusado de participar en la denominada "Noche de las Corbatas", cuando en junio de 1977, en la ciudad de Mar del Plata, se secuestró a varios abogados.
Pocos meses más tarde del copamiento, el jefe de la Policía Federal, Juan Angel Pirker, sentenció: “Yo los sacaba con gases lacrimógenos”.
"Los delitos investigados en la presente causa, además de vulnerar el derecho humanitario internacional, constituyen crímenes de lesa Humanidad y, por ende, resultan imprescriptibles", estableció en su resolución el juez Castelli, a cargo de la investigación.
Agosto de 2010, Parque Patricios, Buenos Aires, Argentina
no pueden ser tan hijos de puta, manga de asesinos
ResponderEliminarzurdos cagones. matan conscriptos nomas porque no tienen huevos. siempre escudandose atras de las leyes y los derechos humanos. son una manga de asesinos ustedes. sinverguenzas. caras de piedra. basuras
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